lunes, 27 de junio de 2016

Termita, trabajo constante y minucioso en Coquimbo


Leí por ahí, que las termitas "atraviesan cualquier cosa para llegar a la madera" y el emprendimiento Termita liderado por Catalina Barba de Coquimbo parece no ser la excepción cuando hablamos de trabajo constante y minucioso. En pocos meses de funcionamiento han logrado confeccionar a pulso una línea de accesorios, amigurumis y ropa tejida para niños con sello y corazón propio. 

Termita nace en noviembre del 2015, con la idea de generar ingresos para la pequeña familia que componen Catalina, su pareja Jhordan y el hijo de ambos Tomás Salvador (modelo en esta sesión de fotos). "Ahondé entre mis capacidades y aptitudes, me encontré frente a las lanas que había ido acumulando de puro consumista y me puse a tejer, primero amigurumis, luego accesorios para bebes, después se sumaron los chalecos, todo de manera bien autodidacta, buscando tutoriales, patrones por aquí y por allá, comenzamos a agregar diversas líneas a la tienda, juguetes, moda, accesorios todo hecho a mano, hasta que en abril nos compramos una máquina de coser con la que aumentamos la diversidad de productos integrando el reciclaje como premisa", explica Catalina.

El nombre tan particular, según su creadora no tiene una gran historia. "Nos sentamos a conversar sobre cómo ponerle al emprendimiento, queríamos que fuera un nombre simple y ojala fácil de recordar, relacionado con la constancia y el esfuerzo, y nos quedamos con las termitas, las imaginábamos organizadas trabajando y nos gustó porque nos identificaba", comenta la emprendedora.

En relación al público, Termita apunta a uno bastante transversal, "como hacemos cosas variadas tenemos algo especial para cada persona, niños, jóvenes, adultos, pensamos en todos. Con las líneas, deco, decobebe, bebe, accesorios y moda que, recientemente, se está integrando llegamos a todo público". Por otra parte, la propuesta de Termita se caracteriza por ofrecer un trabajo personalizado "generalmente trabajamos a pedido tratando de hacer realidad eso que el cliente tiene en la cabeza", señala su gestora.

En cuánto a sus proyecciones a futuro, Catalina explica que les gustaría hacer muchas cosas, "tener una tienda física, poder llegar a otras regiones con nuestros productos, ojalá instalarnos en Santiago y hacer de este emprendimiento nuestra fuente de ingresos porque es maravilloso poder congeniar el trabajo con la maternidad y este es el principal beneficio que nos provee Termita", concluye.

Si te gustó el trabajo laborioso de este emprendimiento local puedes contactarlos en su fan page Termita, seguir su trabajo en Instagram o escribirles directamente a su correo electrónico termitadiseno2016@gmail.com 













viernes, 24 de junio de 2016

El fin de la infancia

Ilustración de Sveta Dorosheva
Es paradójico empezar la primera reflexión hablando del fin de algo. Pero paradójico o no, empezaré por el fin. Y cuando hablo del fin me refiero a algo positivo, porque no todo lo que termina implica un fracaso o se asemeja a un final cinematográfico de esos "para siempre", sin vuelta atrás. Este final del que les hablo es el comienzo de una etapa mejor. Es subir un peldaño de la escalera eterna. Es pasar al siguente level (ese con más dificultad) del videojuego. Es superar la infancia y empezar la adolescencia sabiendo que se gana y se pierde pero, al final, se crece igual. Un desafío que implica desprenderse de la zona de confort, alejarse del brazo paternal que todo lo abarca y lo controla y lanzarse a la aventura sin saber a donde iremos a parar.

Emprender es exactamente arrojarse al precipicio esperando que el paracaídas se abra en el momento preciso.Y Mundo Ami está justo ahí, despidiendo la infancia y saliendo al mundo exterior a recorrer las calles, con poca plata en el bolsillo, con hambre, con muchas expectativas y con la seguridad de que haga lo que haga cada decisión tendrá una consecuencia. Buena o mala, pero significativa.

Hasta unos días atrás nuestro emprendimiento aún vivía en la niñez perfecta, dependiendo de alguien más, cohabitando en un ambiente familar, colectivo, permisivo y muy delimitado. Pero como en todo proceso algo cambió. Algo casi imperceptible pero tan potente dejó patas arriba nuestra estructura y nuestro modelo implantado y aceptado como único empezó a tambalear. La casa desordenada precedió al caos total y vino el portazo, las ganas de saltar el muro y correr sin mirar atrás. 

Y ahora, después de unas horas en la calle, intentamos buscar un lugar. Uno que nos identifique, uno que nos acoja mientras empezamos a crecer y a cambiar. Pero hay miedo, porque en la casa que dejamos atrás está lo que conocemos, afuera todo es incierto y asusta. La primera gran pregunta es ¿cómo empezar? Independizarse implica tener claro para dónde avanzar pero al principio hay muchos caminos y todos parecen dificultosos. Lo primero que haremos, y solo por instinto, será crear redes, buscar amigos, información, (y de ahí la idea de este blog) conocer otros emprendimientos, otros pares que ya se hayan aventurado o estén como nosotras construyendo identidad, dejando de ser niños y entendiendo que la única manera es avanzar solos. Lo segundo será conocer el sistema en el que queremos sumergirnos, pero ese será material para otra reflexión, por ahora caminaremos por las calles a ver a quién encontramos, a ver si alguien nos da un dato o una dirección. El paracaídas lo llevamos en la mochila junto a la foto de los que amamos. Si no se abre habrá que aprender a volar, porque emprender es creer que se puede llegar alto, tanto como sea posible. 

¿Seremos capaces de bailar por nuestro cuenta/ seremos capaces de bailar?/ ¡Basta ya de interrogar! (Café Tacuba, El fin de la infancia)  

miércoles, 15 de junio de 2016

Ilustraciones de Liekeland: belleza + cotidianeidad



Siempre me preguntan si las ilustraciones que publico en el fan page de Mundo Ami son mías y cuando explico que no (y siiiiiii mataría porque fueran mías), entonces me preguntan de quién son y dónde las pueden encontrar. Simple, dedico en promedio una hora al día a navegar por Pinterest, Instagram, Flickr, webs de autor, blogs o lo que sea con tal de sumergirme en "la mar" de imágenes de ilustradores, diseñadores, fotógrafos y artistas de todo el mundo que inspiren y despierten en mi el deseo por apreciar, aún más, el arte, la creatividad, la luz, el color, las formas y los estilos. Creo que me he convertido en algo así como una adicta a las imágenes, a la belleza que tiene lo cotidiano pero también al atractivo innegable que proporciona lo fantástico o lo inusual.

Y así, entre tantas incursiones al cyber espacio un día di con las ilustraciones de Liekeland  y me enamoré de su técnica, de su propuesta simple, colorida, tan hogareña y cálida como comer pan con mantequilla en la mañana y tomar té. Y es que en sus imágenes podemos encontrar frutas, verduras, plantas, cultivos, animales haciendo todo tipo de labores domésticas, niños horneando galletas o durmiendo siesta en compañía de un oso grizzly, un búfalo o un jabalí. Seres extraordinarios en lugares o situaciones comunes. Adorable y simplemente m a r a v i ll o s o!

La creadora de Liekeland es la ilustradora holandesa Lieke van der Vorst quien, nos explica, fundó su marca en el verano del 2011 durante sus estudios en Breda. Ahora "ilustro mis propios diseños en mi taller en Helmond, donde trabajo y vivo con Dave nuestro gato y nuestros pollos", comenta. Si echas un vistazo a su web podrás apreciar los distintos formatos en los que puedes adquirir sus ilustraciones que van desde simples stickers, tazones, postales, tote bag hasta la imagen misma que puedes enmarcar para decorar tus espacios y hacerlos más acodegores.

La artista, preocupada por preservar el medio ambiente destaca que el papel en el que se imprimen sus ilustraciones es de Arctic Paper de Suecia. "Con sólo una cantidad mínima de agua y energía Arctic Paper produce tipos ecológicos de papel con los que se imprimen mis dibujos". Por otra parte, Liekeland ofrece bolsas confeccionadas con algodón orgánico muy resistente, elaboradas en una fábrica que favorece el comercio justo e impresas sólo con tinta a base de agua. Para asegurar que todos los productos sean recibidos en perfecto estado "yo misma los embalo y despacho para que lleguen a su destino", señala van der Vorst.

Actualmente, la ilustradora holandesa y su esposo Dave se encuentran recorriendo Asia, viaje con el que la artista pretende inspirar su trabajo y el que puedes seguir a través de su cuenta de Instagram. También puedes conocer algo más de sus ilustraciones y sus productos en su fan page o en su página web Liekeland.  











































Lieke van der Vorst en su casa en Helmond




miércoles, 8 de junio de 2016

Recicla, reduce y reutiliza tu clóset ya!


Hace tiempo que en Mundo Ami Recicla teníamos ganas de ofrecer un espacio a toda esa gente que nos comenta que "tiene mucha ropa que no usa y que no sabe que hacer con ella". Pues ahora es el momento de juntarla y darle un buen uso y más encima ganar unas luquitas extras que nunca están de más. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿ Dónde? Tranquilo todo mundo, aquí va la información.

Primero que todo, te preguntarás ¿PORQUÉ VENDER TU ROPA? Sencillo, porque lo que no usas puede serle útil a alguien más. Porque puedes ganar dinero con la ropa que acumulas por mucho tiempo y ocupa espacio en tu clóset. Porque ayudas con el reciclaje y la reutilización de productos que, a su vez, aportan a la preservación del medio ambiente. Porque estudios señalan que el 95% de la ropa que se bota puede ser reutilizada. Porque puedes renovar tu clóset comprando la ropa reciclada de alguien más.

¿CÓMO VENDER? Es fácil, separa toda la ropa que no usas de tu clóset que esté en perfecto estado (con todos los botones, sin manchas, sin cortes, sin roturas, con cierres en condiciones) limpia y, en lo posible, con menos de tres años de antigüedad. Cuando tengas tu selección envíanos un correo a mundoamicontacto@gmail.com y te asignaremos un día y hora para que nos muestres tu ropa.

Las prendas serán entregadas en consignación, te haremos llenar una ficha con todos tus datos y a cambio te entregaremos un recibo y un código por artículo. A medida que tu ropa se venda, nos comprometemos a depositar, cada quincena, el monto correspondiente a lo vendido.

Los precios serán fijados de común acuerdo con la persona que vende y la persona que recepciona las prendas según calidad, tiempo de uso, temporada, talla y color.

La comisión será de 40% por concepto de venta, publicidad y reacondicionamiento de las prendas.

Recibiremos como máximo 12 ítems por persona (ropa hombre, mujer o niño), las prendas serán exhibidas durante un mes en Mundo Ami tienda, posteriormente te devolveremos la ropa que no se venda.

Mundo Ami Recicla se reserva el derecho a seleccionar las prendas según las exigencias y códigos que perseguimos como tienda: ropa de calidad, en lo posible de algodón, seda, lana o viscosa. No recibiremos prendas de nylon, acrílico o cualquier fibra que no sea de materias primas nobles.
Para más información escríbenos a mundoamicontacto@gmail.com

¡Con gusto resolveremos todas tus dudas!


martes, 7 de junio de 2016

Slow Fashion: moda lenta que perdura


A medida que vamos diseñando los tejidos para la que será nuestra primera colección infantil, Rosa y yo hemos conversado, una y otra vez, acerca del concepto Slow Fashion en el que nos hemos inspirado para convertirlo en eje central de toda nuestra indumentaria. Porque la nuestra será ropa que perdure, ropa con conciencia por el medio ambiente, hecha a mano y con dedicación. Ropa slow.

Pero a qué apunta este concepto tan rebuscado dirán ustedes, es simple y muy necesario para los tiempos que corren. Les explico, la filosofía Slow Fashion o moda sostenible es la antítesis de lo conocido como Fast Fashion también denominada moda industrializada. Se trata de un movimiento que respeta al medio ambiente y que cada vez cuenta con más seguidores.

Este movimiento ganó notoriedad tras la tragedia sucedida en la fábrica de Bangladesh en el 2013, donde más de 1.100 personas murieron al derrumbarse el edificio dónde estaban produciendo prendas de manera industrial el cual no cumplía con las medidas básicas de seguridad (leer más aquí).

Tras este acontecimiento tanto las empresas, como los consumidores, comenzaron a tomar conciencia de la situación y la moda sostenible experimentó un importante ascenso, por lo que cada vez son más las personas que optan por comprar prendas de comercio justo, con mayor calidad y exclusividad en detrimento de las prendas a precios asequibles pero realizadas en cadena y con materiales dañinos para el medio ambiente.

Esta nueva corriente de pensamiento se contrapone al consumo desenfrenado de antaño y a sus consecuencias negativas para el medio ambiente y se enmarca en los movimientos de la "cultura slow" que se viene manifestando en varios rubros, como por ejemplo en la gastronomía "una comida meditada y de ingesta tranquila y sana" en contraposición a las cadenas de comida rápida.

En moda, el concepto promueve una elección más razonable del propio guardarropas, donde la calidad sea el eje conductor destituyendo la cantidad. Pocas prendas, que duren mucho, de telas nobles y cortes impecables.


El origen 
El término Slow Fashion fue acuñado por Kate Fletcher en el 2007 (Centre for Sustainable Fashion UK) y se basa en los mismos principios que el movimiento de comida lenta (Slow Food Movement). Inicialmente, el movimiento de moda lenta procuró rechazar toda la ropa producida masivamente, refiriéndose sólo a ropa hand made, pero con el paso del tiempo se ha extendido para incluir muchas interpretaciones siendo practicado de varias maneras.

Actualmente, el manifiesto Slow Fashion predica y práctica la siguiente filosofía de vida: 

- Oponerse y boicotear la moda producida masivamente (Fast-Fashion o McFashion)
- Elegir productos artesanales para apoyar a los negocios pequeños, el comercio justo y las prendas hechas de manera local.
- Comprar ropa de segunda mano o vintage y donar la ropa que ya no se usa.
- Elegir ropa hecha con telas producidas éticamente o recicladas.
- Elegir prendas de calidad que duren más tiempo y trasciendan las tendencias (estilo “clásico”) y puedan ser reparadas.
- Hacer la propia ropa (hacer, reparar, personalizar, customizar, alterar, y alargar el ciclo de la propia ropa).
- Bajar el consumo de ropa (comprar menos prendas y con menor frecuencia)

Como ven el movimiento Slow Fashion es una representación unificada de todos los movimientos de moda sostenible, eco, verde, y ético. Promueve la educación acerca del impacto de la industria de la ropa sobre el ambiente y el agotamiento de los recursos, busca desacelerar la cadena de suministros para reducir el número de tendencias y temporadas, promover la producción de calidad por sobre la imagen "desechable" que promueve la moda. 

Si te interesa conocer más acerca del movimiento Slow Fashion te sugerimos visitar la página Slow Fashion Next, la organización Fashion Revolution y en Chile la fan page Slow Fashion Chile

Si conoces otra página u organización nos avisas y la revisamos para compartir la información con todo el mundo. Así nos animamos a vivir más slow y mejor!

(Esta nota la hicimos en base a información recogida del Diario La Tercera y Slow Fashion Next. Foto fuente: www.notjustalabel.com

Bumoon, colección Origami: para niños que juegan de verdad!

Cuando vi por primera vez las fotos de Origami, la nueva colección de Bumoon, pensé rápidamente en esa cualidad que vamos perdiendo con los años y que conocemos simplemente como "es pon ta nei dad". Si, eso es, ropa diseñada para ser, para correr, para moverse sin condiciones como la misma marca señala "para niños que juegan: son prendas prácticas, confortables, frescas y reversibles". Todo un acierto, si pensamos que la industria de la moda infantil cada día apunta más a un look "adulto" para niños que está muy lejos de priorizar la necesidades de movimiento y comodidad.

Origami apuesta no sólo por la flexibilidad sino también por conceptos como juego, geometría y color. Los volúmenes geométricos de los modelos juegan con una paleta de 5 colores (rojo, rosa, amarillo, azul y gris), que se entrelazan de diferentes maneras creando así armonías de tonos cálidos, que evocan sensaciones mediterráneas; y de tonos fríos, más al estilo nórdico.

Una de las tantas cualidades de las prendas es que son reversibles y como su creadora lo indica "a modo de juego, al darles la vuelta los colores se invierten: así tendrás dos prendas en una! Y además… vamos a ser prácticos: en caso de mancharse, se le da la vuelta a la ropa y voilá, como nuevo".

Otra ventaja es que sirven para toda ocasión, según la diseñadora "su comodidad junto a su armonía estética (...) hacen que sean perfectas para todo tipo de situación: en el cole, en el parque, para cenar fuera o en una boda, una prenda Origami siempre queda fenomenal". 

La ropa está 100% hecha en España, desde la idea misma que nació en Menorca hasta la fabricación de los tejidos y la confección final que les ha quedado magnífica en base a tela voile, que nos enteramos por ahí es una palabra del francés que significa velo, precisamente, por su textura liviana. 

Pero me imagino que ya se están preguntando de dónde sale tanta maravilla. Pues bien, Bumoon es producto de la creatividad de Giuditta Bussetti que nació en Italia, es Diplomada de Diseño Gráfico por el Politécnico de Milán y fotógrafa profesional con 10 años de experiencia quien además, y por si fuera poco, diseña vinilos para decorar las piezas de los niños, porque Giuditta también es mamá y sabe muy bien como hacer de una habitación infantil un lugar cálido y confortable (ya les mostraremos en otro post los vinilos pero igual pueden echar una miradita aqui).

Y si toda esta cantinela enumerándoles las bondades de Origami no les convence del todo entonces el video de la marca terminará por hacerlo porque plasma con gran acierto la esencia de la colección. Pliegues, colores, formas, texturas, armonía, juego y movimiento. Origami del derecho y origami del revés...y como diría Giuditta, voilá, aquí está!